Mientras buscamos trabajos o
estamos “in between”, todos los
antropólogos hemos “sufrido” dos escenarios muy comunes:
1) Llegar
a la entrevista y que nos pregunten ¿qué hace un antropólogo?
2) Llegar
a la entrevista y que nos pregunten ¿por qué su hoja de vida es tan diversa?
He dejado por fuera el peor
escenario, que es cuando no saben que podemos aportar los antropólogos a las
empresas, y terminamos siendo barridos en el primer filtro sin siquiera llegar
a la anhelada entrevista. Quisiera compartir con ustedes algunas de las
experiencias personales que he tenido y de las que he aprendido, a modo que les sirve de referencia y
eviten momentos incómodos en las entrevistas de trabajo:
-Primero que nada soy antropólogo: Cuando
se tiene la necesidad de un trabajo, es común que queramos satisfacer las
preguntas del entrevistador, de la mejor manera posible. ¿Sabe de mercadeo?,
¿ha trabajado con productos de consumo masivo?, ¿maneja cuali o cuanti o
ambos?, ¿sabe calcular presupuestos?, etc. Lo mejor y más honesto es aclarar
desde el principio, “no soy mercadólogo”, “no soy marketero”, “no soy ingeniero”,
“ni soy estadístico”, “y no soy igual a un sociólogo”, soy un antropólogo que
aplica la metodología y teoría a los negocios. Si la empresa de verdad tiene
claridad del perfil que busca y está interesada en ti, te volverán a llamar; de
lo contrario, presentarte como algo que no eres, aunque tengas dominio del área,
probablemente te lleve a un trabajo que no te guste, o que simplemente no
tengas las aptitudes para realizar.
-Segundo soy un antropólogo: Y ese es
nuestro principal valor agregado, independientemente de que tengamos un
postgrado en marketing, un MBA, especialización en estadísticas, etc. Como
antropólogos tenemos una visión particular de los fenómenos culturales, ya que
son nuestro objeto de estudio, cosa que nos diferencia epistemológicamente de
los sociólogos, estadísticos, ingenieros y demás. Ya sea cuantitativamente o
cualitativamente, nuestra finalidad es la de identificar patrones culturales
que sirvan para interpretar comportamientos y/o conductas que puedan ser
traducidos para estrategias en diferentes áreas.
-He trabajado en diferentes áreas pero mi
objeto de estudio siempre ha sido el mismo: Muchas veces los reclutadores
ven mi perfil y cuestionan como si fuera una debilidad, el que he pasado por el
ámbito académico, privado y público, desempeñándome como etnógrafo,
relacionador comunitario, consultor de proyectos de RSE y programas de políticas
públicas, puente institucional, e investigador cualitativo de mercados. Hoy en
día yo soy la suma de todas esas experiencias como profesional, y gracias a
ellas he adquirido herramientas y aptitudes que no se enseñan en la academia.
Sin embargo mi objeto de estudio siempre ha sido el mismo: La cultura. Para hacerles entender a los reclutadores mi perfil,
uso la analogía de un músico que toca un instrumento, pero al ser muy bueno,
con ese instrumento puede tocar distintos géneros musicales. Mi instrumento es
la antropología y la música que toco son las culturas subyacentes a distintos ámbitos
de la vida cotidiana de los individuos (la cultura comunitaria, la cultura de
una etnia, la cultura empresarial, la cultura del consumidor, la cultura política,
etc.). Un buen antropólogo debería ser capaz de cambiar de género al
identificar el fenómeno cultural que se esconde detrás del mismo (¡hey!, está
analogía es trademark mío, así que invéntense la suya).
Para un antropólogo, las oportunidades
laborales a veces son una lotería: Y la razón es que la mayoría de los
reclutadores desconocen la realidad o contexto para el que se necesita el
perfil que buscan; esto no es necesariamente una falta de ellos, sino de la
estructuración administrativa de las empresas y lo referente a los procesos de
selección que no suelen ser tan eficaces como los gusta pensar. Al tener que
formar en varias ocasiones mis propios equipos de trabajo, me di cuenta que los
reclutadores se encargan de seleccionar perfiles que 1) se ajusten a los estándares
de la cultura organizacional y cultural de la empresa, 2) coloquen un check en
algunas de las cualidades descritas por el jefe de departamento y 3) que sepan en qué se parecen una avestruz y la teoría de cuerdas en una prueba psicotécnica.
Si bien es cierto que muchas veces los perfiles pre seleccionados por los
reclutadores o recursos humanos poseían buenas credenciales, no se ajustaban a
los perfiles de investigadores que yo necesitaba; y es que a la final, yo era
como un artesano que buscaba cualidades particulares en personas especiales con
las que pudiera trabajar, aprender y enseñar. Lo que quiero decir, es que como antropólogo
sabía exactamente que necesitaba para mi equipo, ya que soy quien empíricamente
conoce el trabajo que hay que realizar rutinariamente. Sin embargo este
problema va a evitar frecuentemente que lleguemos a tener una entrevista con la
persona que sabe exactamente lo que quiere y necesita, y por muy bien que nos
haya ido en una entrevista inicial, la falta de entendimiento y conocimiento empírico
del trabajo a realizar, crea un sesgo que probablemente evite que avancemos al
segundo o tercer nivel. Si eres antropólogo y has pasado por esto, no te
sientas mal: no eres tú, son ellos.
Mis aptitudes como antropólogo son: Desde
nuestra formación académica se nos instruye en la interdisciplinidad de la
profesión antropológica, y muchas veces formamos parte de equipos conformado
por una diversidad de profesionales tan variopinta que no voy a listar. Una de
nuestras principales fortalezas y aptitudes es que frecuentemente somos la
amalgama o relleno entre esas diferentes áreas que no están conectadas metodológicamente,
pero que nosotros enlazamos teóricamente. No solo sabemos escuchar lo que los
otros profesionales dicen, traducimos entre ellos y muchas veces aprendemos su
terminología (pues a la final esto también termina siendo cultura) para poder
comunicarnos efectivamente. En esta posición un antropólogo aprende a ser
altamente analítico para poder generar información útil a cada una de las áreas
involucradas en un proyecto, departamento o empresa, pero además tenemos una
curva de aprendizaje que obligatoriamente tiene que ser rápida para poder
articular todos los medios hacía un mismo fin. Por ejemplo, un antropólogo que
trabaja en el área de investigación de mercados para una empresa de consumos
masivos, posiblemente tendrá que generar información para: ingenieros,
diseñadores, publicistas, brand managers, estadísticos, entre otros.
Por ultimo me
gustaría compartir con ustedes algunas áreas en las que he tenido la suerte y
el placer de aplicar la antropología, no sin dar dos consejos esenciales:
-El trabajo de
un antropólogo es en el campo; un antropólogo de gabinete no tiene contacto con
la realidad cultural que debe comprender, por lo tanto no es un antropólogo completo.
Antropología es una carrera que vale más por la experiencia adquirida empíricamente
que por los postgrados acumulados en un aula. Así que no le tengan miedo a
internarse en los estilos de vida de los “otros”, abrácenlos, interiorícenlos, compréndanlos,
y luego analícenlos.
-Promuevan la
antropología para darnos a conocer entre todos; en América Latina la antropología
ha quedado relegada a debates filosóficos trasnochados de izquierda que poco
tienen que ver con las necesidades modernas del mundo globalizado y la
generación de profesionales. En cada uno está decidir si convertimos a la
antropología en una pieza de museo, o en la vanguardia para investigaciones en
temas de diseño, evaluación y creación de productos en general.
¿En que áreas puede desempeñarse un
antropólogo?
-Consumer insights: Identificando y
traduciendo los patrones de conducta que motivan o incentivan las preferencias
de los individuos desde los aspectos emocionales y racionales de la cultura.
-Qualitative Market Research: Las
herramientas cualitativas básicamente constituyen el principal fundamento de la
antropología, ya que incluso estando en la postura de realizar estudios cuanti,
los fenómenos culturales solo pueden ser apreciados por observación directa,
por participación in situ e interacción con los individuos.
-Relacionador comunitario: Nuestro
abordaje metodológico está diseñado precisamente para interactuar, comprender,
y relacionar la visión social y cultural de los que nos rodean.
-Desarrollo socio comunitario: Nuestro
enfoque emic de la realidad nos permite aumentar la eficiencia y alcance de
programas de RSE y políticas públicas, al responder precisamente a las
necesidades y demandas del pueblo.
-Estudios de opinión pública: Antropológicamente,
los individuos son seres multidimensionales influenciados en lo racional y lo
emocional desde múltiples categorías socio-culturales. Los estudios de opinión pública
a menudo requieren de esta perspectiva para generar análisis situacionales que
permitan la toma de decisiones estratégicas a los clientes.
-Diagnósticos comunitarios: Nuestra
capacidad para realizar estudios etnográficos e involucrarnos en con las
personas y actividades de las comunidades, nos facilita una visión horizontal
de los problemas y deficiencias que puede tener una comunidad, así como de las
oportunidades y potencialidades.
-Marketing Político y electoral: La
antropología se ocupa de estudiar las relaciones de poder, las cuales se
expresan en los eventos electorales. Al mismo tiempo la percepción de los
votantes se encuentra influenciada por una gran cantidad de fenómenos que se
construyen desde el ethos de los individuos; como antropólogos tenemos la
capacidad para identificar insights y transformarlos en outputs.
-User Experience: Europa, Canadá y
Norte América ya se han dado cuenta del valor agregado que un antropólogo puede
generar al diseño, evaluación y creación de productos. Sin embargo en América
Latina, no creamos sino que importamos, por lo que está es una oportunidad
laboral para la antropología muy sub desarrollada e infravalorada en el
continente.
citricamultimedia.com/quienes-eran-los-olmecas/
ResponderEliminarAunque la civilización olmeca era una de las más avanzadas, seguía siendo necesario que se pudiese plantear una organización política y social que diera lugar a una buena manera de vivir.